lunes, 11 de abril de 2011

UN EXTRAÑO...

Una vez satisfecho su placer, se vestían y se iban. Ninguno se quedaba lo suficiente para brindarle los mejores cinco minutos del amor, ese silencioso y apacible abrazo, ese pacífico oasis encerrado por los brazos del amante.

(Un extraño en el espejo. Sidney Sheldon)


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